La importancia del seguro de vida en tiempos de crisis económica

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27/10/2025

No descubrimos nada nuevo al decir que los asegurados aprecian la utilidad del seguro sobre todo cuando llegan los malos momentos. Pero tampoco se puede negar que, en muchas ocasiones, creemos que esos malos momentos no llegarán o, al menos, que no nos afectarán a nosotros. Por esa razón, es importante ser capaz de ver cuáles son los riesgos que pueden cernirse sobre nuestro futuro o, en su defecto, contar con un asesor que pueda identificar tanto los riesgos como las soluciones que mejor se adapten a nuestras necesidades.

Cuando llega una crisis económica, algo que ocurre cíclicamente, los efectos se notan primero a nivel comercial y empresarial, pero siempre acaban por afectar también a las personas, a las familias. Son periodos de profunda incertidumbre, intranquilidad e inestabilidad que suelen saldarse con miles de personas perdiendo sus empleos y, por tanto, el principal medio para sostener a sus familias.

En esta coyuntura, un seguro de vida adquiere una importancia mayor que en épocas de bonanza económica. Sobre todo, si los ingresos familiares dependen del trabajo de una sola persona; cualquier percance que afecte a su capacidad de continuar desarrollando su actividad profesional puede llevar una situación difícil de sostener a medio y largo plazo. El seguro de vida es en un instrumento fundamental para garantizar el bienestar de nuestros seres queridos ante los duros reveses que el destino pueda depararnos.

Durante una crisis económica, cuando la inseguridad sobre el presente y el futuro se acrecientan, un seguro de vida constituye un elemento que aporta seguridad financiera. Si la fatalidad lleva a que el asegurado fallezca o sufra una invalidez permanente, la indemnización del seguro de vida aportará a los beneficiarios recibir un capital que les permitirá poder mantener su estilo de vida sin sufrir excesivas restricciones.

De esta forma, el seguro de vida se convierte en un producto que nos permite realizar una planificación financiera a largo plazo. Así, aunque la familia se ve privada de los ingresos económicos que aportaba el asegurado, contará con un colchón económico en un momento especialmente delicado, puesto que la búsqueda de nuevos ingresos a través de un nuevo trabajo para el resto de los miembros de la familia suele ser complicado en épocas de recesión económica.

Gracias al seguro de vida, la familia podrá seguir afrontando los gastos corrientes como el alquiler o la hipoteca de la vivienda, los recibos de servicios como electricidad o gas y el presupuesto habitual para la compra de alimentos. Además, permite liberar cargas financieras como préstamos o hipotecas. En definitiva, el seguro de vida aporta tranquilidad en tiempos de inseguridad e incertidumbre.

Por otra parte, la contraprestación que ofrece un seguro de vida permite hacer frente a las necesidades que la familia pueda tener en cada etapa de nuestra vida. En caso de tener cubiertas las necesidades básicas, la suma asegurada puede destinarse a otros proyectos vitales, como garantizar el coste de los estudios universitarios de los hijos o, incluso, un capital de partida para emprender un negocio, lo cual constituye una auténtica red de seguridad que permite planificar el futuro financiero de los seres queridos.

Por otra parte, existen seguros de vida que, además de las coberturas por fallecimiento e invalidez, son instrumentos de ahorro y de inversión, de manera que permiten constituir un capital que puede ser especialmente práctico en momentos de crisis sin necesidad de que se produzca la defunción del asegurado.

Este tipo de seguros de vida-ahorro se adaptan a las necesidades de cada cliente, de manera que se puede optar por productos conservadores donde la inversión se retribuye con un interés garantizado o por otros seguros cuyo patrimonio se invierte en productos financieros con mayor nivel de riesgo, pero, también, con mayor potencial de rentabilidad.

Con este tipo de pólizas, además de contar con la garantía de fallecimiento, el asegurado gozará de varias ventajas si en algún momento se enfrenta a dificultades económicas. Por un lado, puede crear un fondo de emergencia al que recurrir en caso de necesidad, puesto que parte de la prima abonada se acumula en forma de ahorro. Por otro, cuenta con unos fondos que puede convertir en liquidez, total o parcialmente. Finalmente, el ahorro a través de un seguro de vida permite proteger el patrimonio financiero frente a los efectos de la inflación, preservando su valor.

La tranquilidad que confiere un seguro de vida tiene también un efecto psicológico positivo. Contar con esta red de seguridad permite tomar decisiones financieras sin la presión que conlleva la incertidumbre en periodos de crisis. Esto hace que podamos planificar mejor el futuro y establecer prioridades.

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